Trabajar en una empresa en crisis, te prepara para soportar y planificar tus días más tormentosos. Trabajar cuando tienes claro que, tu tiempo está por finalizar, te permite de alguna manera, planificar eventuales estrategias que serán utilizadas en el momento en que se presente la crisis; pero, convivir con un jefe déspota y sabiendo; además, que existen pocas posibilidades de otro trabajo en el corto y mediano plazo. Es una tortura.