EL PROBLEMA DE TENER UNA JEFATURA DÉSPOTA

Trabajar en una empresa en crisis, te prepara para soportar y planificar tus días más tormentosos. Trabajar cuando tienes claro que, tu tiempo está por finalizar, te permite de alguna manera, planificar eventuales estrategias que serán utilizadas en el momento en que se presente la crisis; pero, convivir con un jefe déspota y sabiendo; además, que existen pocas posibilidades de otro trabajo en el corto y mediano plazo. Es una tortura.

Cómo convivir con el enemigo, es la pregunta que muchos suelen hacerse; aún más, se agrava de alguna manera, cuando el jefe déspota es del otro sexo (hombre o mujer).

Una de las cosas más elementales, cuando se está en un agujero que no tiene salida; es pensar que, ese agujero te dará, la posibilidad de generar ideas creativas que permitirán, utilizarla para un propósito más constructivo. Es decir, replantear la situación y transformar el problema en una oportunidad de aprendizaje.

El manejo de las emociones, en estos casos, es fundamental. La frustración debe ser muy bien manejada y comprendida. Para ver de esta forma el mundo, se tiene que manejar y tener muy en claro, la capacidad emocional para enfrentar situaciones difíciles. El equilibrio emocional, permite, comprender las actitudes del “otro” en todo tipo de situaciones.

Todo efecto tiene su causa. Conocer, la génesis del despotismo del jefe; permitirá de alguna manera, conocer la causa y tomar acciones que ayuden, no sólo a la jefatura; también, a la organización. 

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1 Comentario

  1. Muy bueno!!

    raul

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